"Es difícil saber que pensar de "Cosmopolis."
¿Es una glacial, lacerante y profética mirada de en lo que se convirtió nuestra sociedad a raíz de la crisis económica? ¿Un enredo pretencioso defendiendo la forma por encima de la sustancia? ¿Una colección serpenteante de piezas que se mantienen ligeramente unidas por una decididamente extraña actuación que en su mayoría tomar lugar adentro de una larga limusina?
Sí.
Todo eso y probablemente más, también. La película de David Cronenberg, basada en el libro de Don DeLillo, protagonizada por Robert Pattinson como un multimillonario tratando de poder cruzar Manhattan para conseguir un corte de pelo. Esto pasa mientras su mundo se está tambaleando a su alrededor. La combinación del estilo de Cronenberg con las palabras de DeLillo — el director dijo que el dialogo viene básicamente textual del libro — suena, sobre el papel, como una pareja de ensueños.
No está claro lo que es. De hecho, algunas partes de la película caen tan planas de formas tan extrañas que te preguntas qué es lo que Cronenberg está haciendo. Luego otra escena vendrá y pensarás que no sólo redime lo que sea que vino antes sino también la película en sí misma.
A veces te preguntas si Pattinson a propósito se elimina a sí mismo emocionalmente de los procedimientos (probablemente) o si simplemente no es más que un actor (le damos el beneficio de la duda, todo eso).
Felizmente para todos los involucrados, termina con la nota más fuerte de todas, una escena muy larga con Pattinson y Paul Giamatti.
"Cosmopolis" es frustrante, divertida, de ideas provocadoras, extraña, enloquecedora, vale la pena. No es una película grandiosa. A veces no es buesa. A veces lo es. En última instancia merece la pena esforzarse y atravesarla, es un ejercicio valioso si estas dispuesto a hacer el esfuerzo."
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