Llega el crepúsculo y las adolescentes salen a las calles de Estados Unidos con los dientes afilados, inspiradas en una vampiresa muy especial: Kristen Stewart. No en balde sólo en el sur de la Florida hemos sufrido este verano dos episodios protagonizados por chicas que chupan sangre. Ellas se dejarían morder con mucho gusto por Robert Pattinson o Taylor Lautner, qué duda cabe, pero “a faltan de pan, casabe”: terminan mordiendo ellas mismas.
Y si no que les pregunten a Josephine Rebeca Smith y Stephanie Pistey. A ellas, que elevaron el vampirismo a la categoría de noticia en St. Petersburg y Panama City respectivamente, hace pocas semanas. La epidemia avanza indetenible. Pronto, si no sobreviene un definitivo crac financiero, el crac será de sangre.
Dice Stewart que los vampiros son muy sensuales. Según la chica de 21 años, “porque se supone que te atraen al extremo de que pueden matarte. Son como la fruta prohibida. Si se trata de algo que no puedes tener, entonces naturalmente lo deseas más”. Los vampiros son como la droga o el sexo para los adolescentes, quiere decir la joven actriz: mientras más se los esconden, más los persiguen.
En cualquier caso, esperemos que la “fruta prohibida” no sean nuestras propias gargantas. Al menos Kristen Stewart hace ahora de Blancanieves.
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