Cuando Kristen Stewart (Los Ángeles, 1990) inició su carrera en cine como hija de Jodie Foster enLa habitación del pánico, de David Fincher, tenía 11 años y parecía un muchachito. Esa cualidad llamó la atención de los directores de casting para la primera cinta de Crepúsculo en 2006; buscaban una actriz para encarnar a Isabella Bella Swan, la protagonista de la saga, una jovencita ordinaria que se enamora perdidamente del chico más guapo del pueblo quien, además, resulta ser un vampiro. Buscaban a alguien con capacidad histriónica pero no querían un rostro sobreexpuesto, sino una cara nueva; alguien que pareciera la chica de al lado.
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De la noche a la mañana, ella, Robert Pattinson y Taylor Lautner se convirtieron en estrellas de cine y su imagen apareció por todo el mundo, en alfombras rojas y con hordas de paparazzi,cosas que no le gustan a Kristen; tampoco le gusta que la prensa “la acose”, que los fans insistan en saber si la historia de amor entre Bella y Edward ha pasado a la realidad, ni tener que usar lentes de contacto cafés cuando en la vida real sus ojos son verdes. Porque Kristen es más bien tímida, y lo deja muy claro en las entrevistas que concede, donde sus ojos se dirigen sobre todo al suelo o las manos. Parece aliviada de que Amanecer, la última parte de la saga (dividida, como la de Harry Potter, en dos películas, para exprimir hasta la última gota de la taquilla), se estrena mundialmente para de este modo deshacerse del personaje que le hizo ganar millones de dólares pero que, a todas luces, le pesa como un fardo.
MC: Parece que no estás muy contenta con la celebridad que te ha generado la saga hasta ahora.
KS: ¿Contenta? No sé. No. No lo estoy; es decir, no está mal, pero no me gusta nada ser el centro de atención. Cuando hacemos alfombra roja los fans gritando me ponen nerviosa. ¿Por qué hacen eso? No puedo entender toda esa atención que nos ponen, que no puedan separar la película de la realidad. ¡Yo no soy Bella! La verdad es que soy muy, muy tímida y preferiría no tener que hacer esto.
MC:¿Lees lo que se escribe en las revistas de la prensa rosa sobre ti?
KS: No. Es la mejor manera de volverte loca. Al principio, cuando salió la primera película, si leía, me googleaba, me daba tentación. Acabé leyendo un montón de historias sobre mí que no eran verdad y fue horrible. O sea, si fuera cierta la mitad, o menos, de lo que todos dicen, yo sería una persona espantosa y mala (risas). Entonces decidí dejar de leer porque, de todos modos, van a escribir lo que quieran. Así que prefiero no enojarme.
MC: Muchos fans están molestos contigo porque criticaste la “histeria de Crepúsculo” que se ha suscitado por internet.
KS: Sí, lo sé. Es que, de verdad, no entiendo por qué la gente desperdicia su tiempo en los foros o en Facebook si ni siquiera publica algo significativo o importante. ¡Vivan su vida! Para mí hay cosas más sustanciales que pasar horas pegada a la computadora hablando de una película y de si Edward está más bueno que Jacob, o si el cabello de Bella, o el mío, es feo o no. En mis ratos libres me gusta leer un libro, escuchar música —sus bandas favoritas son Led Zeppelin y U2—, tocar la guitarra o ver una obra de teatro, ir al cine. Y en vez de chatear por horas, salgo con mis amigos en persona y nos divertimos.
MC:¿Amigos como Robert Pattinson y Taylor Lautner? Con razón eres una chica tan envidiada.
KS: Sí, bueno (se ríe). Pasamos tanto tiempo juntos en los rodajes y en locación que yo creo que es muy normal que nos vayamos de fiesta todos juntos, y que nos divirtamos juntos. ¡Somos jóvenes! ¡También necesitamos soltar tensión!
MC:¿Hay tensión en los rodajes? Da la impresión de que son una compañía muy jovial.
KS: Sí, lo somos. Hay el estrés normal en un rodaje porque hacer una película no es fácil, y las escenas de acción son superfuertes. Esta vez nos dirigió Bill Condon, quien es excelente, nos guió paso a paso en todas las secuencias. No hubo tensión con él, supo hacernos trabajar muy a gusto. De todos los directores con los que trabajamos en la serie, Bill ha sido por mucho el mejor.
MC: Eres un modelo a seguir por muchas chicas. ¿Qué opinas de esto?
KS: La verdad, no soy una experta, Tengo mi propio estilo… Soy clásica y visto ropa vintage y sólo me pongo cosas que realmente me gustan, no me gustan los estilistas. Quiero ser lo más auténtica posible y no me preocupa lo que pongan en las etiquetas de las camisetas.
MC: Me refería al hecho de que las chicas jóvenes quieren ser como tú. La revista Time te eligió, con Robert Pattinson, como una de las 100 personas más influyentes en el mundo.
KS: Ah, pero no quieren ser como yo, quieren ser como Bella. A las chicas les encanta Bella. Yo creo que no soy ejemplo para nadie porque no soy perfecta; es decir, no me importa. Vi lo de la revista, pero no lo entiendo, no me siento influyente. No siento que yo haya cambiado para nada. Lo positivo es que ahora estoy más consolidada como actriz; tengo mejores ofertas para interpretar un papel y puedo elegir, en lugar de tener que audicionar.
MC: Para haber abandonado tus estudios, has tenido mucho éxito. ¿Crees que eso transmite un mensaje erróneo para los adolescentes que te admiran, que podrían dejar sus estudios también?
KS: No sé si es un mensaje o no. Yo dejé la escuela debido a mi carrera. No tenía tiempo. Desde los 13 años tuve profesores particulares. Siempre he sido rebelde y necesitaba libertad. Me sentí aliviada cuando finalmente pude estudiar en casa. Fue divertido. Me interesan muchas cosas, por ejemplo la escritura. Pero la escuela nunca fue el lugar adecuado para mí. No me gustaba, la verdad.
MC:¿Qué consejo darías a los jóvenes que quieren actuar?
KS: Si es lo que realmente quieres, tienes que intentarlo. No puedes decepcionarte si no lo consigues. Siempre hay que tener un plan B. Por ejemplo, si no hubiera sido actriz, sería guionista.
MC:¿Cómo te sientes ahora que la saga termina? ¿Extrañarás serBella Swan?
KS: No. Esa etapa ya pasó, y que se vaya. Adiós, Bella; adiós, Edward. Todos los actores tenemos ese problema cuando interpretamos un papel por mucho tiempo. Son como sentimientos encontrados: por un lado, es un gran cumplido que los fans de Crepúsculo siempre vean a Bellaen mí; por otro, ya me urge hacer cosas que no tengan nada qué ver con eso y que rompan la imagen. Por eso hice The Runaways y la película de Blanca Nieves y On The Road, porque son completamente distintas, ¿me explico? No quiero ser Bella Swan toda la vida, porque eso sería horrible.
Fuente: MilenioSemanal
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