Las fans de la saga de vampiros son unas de las más fieles. Historias de fanáticas caleñas.
Pueden durar de 7:00 p.m. a 3:00 a.m. con los párpados abiertos y la mirada fija en un punto, un libro o el PC, con los pies colgados de la ventana o del testero de la cama. Tienen ojeras, una palidez inusual, sufren de insomnio, de una sed insaciable por devorar páginas, son depredadoras de películas, se creen capaces de morir de amor por un hombre-vampiro como Edward Cullen y algunas han asumido la personalidad de Bella.
Muchas son víctimas de apodos como ‘Crepusculera’, ‘Crepusculina’, ‘Niña Crepúsculo’ o ‘Vampira’, aunque ellas prefieren que las llamen ‘Twilights’, que en idioma vampiro traduce seguidoras de ‘Crepúsculo’.
“Al principio pensé que los libros y las películas de la saga eran cosa de adolescentes y le dije a mis amigas ‘no hagamos tanta bulla’, pero después empecé a ver en las premieres desde seguidoras de 16 años hasta mamás que gritan tanto o más que sus hijas”, asegura Isabel Rodríguez, una fisioterapeuta de 25 años, que surte a las fanáticas caleñas de camisetas, manillas y souvenirs de la saga, a precios favorables. “Mientras que en Internet cobran $120.000 por una camiseta, yo las diseño personalizadas con las frases y motivos que prefieran”, dice.
“A mí no me gustaba leer. Un día mi mamá me compró un libro, primero se lo leyó ella y me dijo que me iba a encantar. Y yo que no, que qué hartera. Me lo empecé a leer y me atrapó. Me quedé hasta las 4:00 a.m. leyendo, me volví súper adicta”, cuenta María Camila, estudiante de enfermería, quien entonces tenía 16 años, hoy ya cuenta con 19.
Esta joven dice que lo que más le impacta es el amor puro entre Edward y Bella. “Me encanta, porque así haya sido imposible, ahora están juntos. No es una simple historia de vampiros chupasangre como muchos creen, es un Romeo y Julieta moderno, en el que se promueven los ideales de familia y la lealtad”, la defiende Camila.
Ella pertenece a la legión caleña de las ‘Twilights’, Volterra Club, con 117 integrantes. El grupo inició con Diana Fajardo y ahora es liderado por Paola Andrea Borrero, que vive en contacto con Alfaguara y Cine Colombia, y coordina la asistencia de las fans a lanzamientos de libros y de películas.
Paola, estudiante de diseño gráfico, se leyó cada uno de los libros de la saga en dos días. Admite que se convirtió en una obsesión. “En el instante en que esos libros llegaron a mi correo, dejé de dormir y de comer. En una semana que mi mamá estuvo de viaje, me leí los cuatro libros y los 12 capítulos que salieron de un posible quinto libro, ‘Sol de Medianoche’.
Me sentaba a leer y cuando miraba el reloj ya eran tipo 7:00 p.m. Ni hambre me daba, paraba para descansar los ojos y otra vez a seguir. Volvía y miraba el reloj: 5:00 a.m. Si estaba en la ‘U’ no pensaba sino en la hora de llegar a la casa. Llegaba y no comía, no dormía, era lea y lea. Cuando llegué a ‘Amanecer’ lo tomé con calma, porque ya iba a terminar y dije: “Bueno, ¿y ahora qué hago, me los termino y después qué?”.
Paola cuenta que hasta terminó convirtiendo a su mejor amiga, que le decía que “se estaba chiflando”, y que la había perdido, porque ya ni la determinaba. Al leer los libros su ‘partner’ “quedó matada”. A Camila le sucedió algo más increíble, su mamá cayó en la fiebre vampira, y ahora es una ‘Twilightmon’, como se les dice a las mamás que se convierten en seguidoras. Es de las que se pone la camiseta, va a las fiestas de fanáticas y mantiene actualizada a su hija de las últimas noticias de la saga.
Para Paola, cada libro tiene un hechizo, “es como que lo sientes, lo vives, te deprimes con Bella, porque tú has pasado por eso cuando te enamoras la primera vez, cuando te sonrojas porque el muchacho que te gusta te miró o simplemente te dijo: ‘Hola’. En ‘Luna Nueva’ cuando Edward deja a Bella, grité y lloré como si me hubiera dejado a mí. Y ella hacía travesuras para verlo, en su imaginación, y yo decía: ‘Que lo haga, que se tire de un puente a ver si se aparece’”.
En el país uno de los sitios de Internet con más seguidores es Crepúsculo Colombia Cullen, que recibe a diario miles de entradas de fans en España, China, México, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Noruega y Australia. Y a quienes no se han decidido a seguirla, Luisa Sarria les da una razón: “Si los hombres se leyeran ‘Crepúsculo’, tendrían las claves perfectas para convencerlo a uno”.
Stephanie Egel, fan caleña, afirma que la saga ha vuelto más exigentes a las niñas con respecto a los hombres: “Muchas ya no van entregando su virginidad al primero que aparezca. Dicen: ‘Hasta que no llegue un Edward que me valore y me respete, no me acuesto con nadie. Se valoran más. Y aunque pocos varones lo reconocen, hay ‘Twilightboys’, y no son mujercitas. Paola los delata: “Han aprendido más de las mujeres, de cómo ser más románticos, sin dejar de ser masculinos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario